eCommerce y Tinder: it’s a match

eCommerce y Tinder: pareja perfecta

A veces parece increíble ver cómo la industria del comercio electrónico puede llegar a encontrar inspiración en cualquier fuente. Hoy os vamos a hablar de cómo han encajado algunas tiendas el eCommerce y Tinder.

¿Qué relación existe?

En realidad es una cuestión de interfaz y de experiencia de usuario. Por mucho que trabajemos el engagement de nuestra marca y lleguemos a ser una love brand, hay límites a los que aún no hemos llegado.

Tinder está basado en una mecánica realmente simple pero muy efectiva. Se nos van presentando opciones y nosotros elegimos si nos interesan o no simplemente deslizándolas a izquierda o derecha. Detrás de esto hay mucha ciencia y como concepto es brutal, es la sublimación de la inmediatez, resulta tremendamente visual y sintetiza toda una aplicación en una mecánica simple detrás de la que hay un desarrollo complejo.

Cómo funciona la Tinderización del eCommerce

Se trata de extrapolar una forma de interacción entre usuario y web/app que funciona y llevarlo a un entorno distinto: el de la venta. En algún momento alguien decidió probar a presentar opciones distintas de compra al usuario y hacer que desplazándolas hacia la izquierda se descartasen y hacia la derecha se añadiesen al carro o a una wish list. Desde luego es una buena idea.

Ventajas

En un entorno como el comercio electrónico en el que se busca cada vez más la sencillez en todo (diseño, usabilidad, navegabilidad…) esta unión del concepto Tinder y eCommerce es una gran oportunidad. Creamos una experiencia no tanto simple como sencilla.

Cuando buscamos la compra por impulso siempre vemos que el retail tiene ventaja. Comprar online implica, por lo general, una mayor reflexividad. Precisamente el interfaz de Tinder llevado a nuestra tienda nos introduce en una mecánica mucho más rápida, y la rapidez es mucho más visceral que cerebral.

Supone una gran oportunidad para aprender del usuario y personalizar. De una sola sesión en la que un cliente registrado vea 20 o 30 productos, lo que no parece ninguna locura hablando de velocidad de interacción, podemos ser capaces de analizar qué es lo que le gusta y qué no, aprender de ello y hacer recomendaciones personalizadas más adelante.

Replicamos la experiencia de las tiendas off. Cuando visitamos una tienda miramos lo que hay en los lineales de una manera rápida o, en el caso de la ropa, vamos pasando perchas hacia la izquierda y nos quedamos en la mano sólo con lo que nos podría llegar a interesar. Si lo piensas es exactamente lo que hace Tinder llevado al eCommerce.

Inconvenientes

Asumimos que todos los usuarios están habituados a ese interfaz. Cualquier cambio en la experiencia de uso es delicado y, por muy intuitivo que sea, no es un estándar así que habrá clientes que requieran de una cierta curva de aprendizaje que será mayor o menor dependiendo de sus capacidades digitales. Habrá quien se frustre al encontrar dificultades.

Estamos simplificando, puede que en exceso, la compra. De alguna forma lo que hacemos es fiarlo prácticamente todo a la imagen, con lo que otros aspectos claves en la persuabilidad como el copy pasan a un segundo plano. Perdemos recursos y potencia en ese aspecto y, además, tendremos que invertir mucho en fotografía de calidad (esto, de todos modos, debería ser casi obligatorio).

No todas las industrias encajan. Si te dedicas al B2B o tienes un producto especialmente técnico, no parece que tinderizar tu tienda sea el camino. Resulta un tanto frívolo y no genera la suficiente confianza, aunque pueda ser genial para la moda, los viajes o la cosmética.

Necesitas un catálogo muy profundo. Si no cuentas con muchos productos por categoría, lo que vas a lograr es precisamente el efecto contrario al deseado. Estarás poniendo en evidencia para el cliente que no hay muchas opciones, enseguida habrá visto todo lo que tienes a la venta, llegará al final de las opciones y le tocará volver a empezar.

Ejemplos de uso

Dicho todo lo que llevamos hasta el momento, te podrás imaginar que la mayor parte de los eCommerces que han optado por el modelo Tinder estarán orientados a un público más o menos joven, venderán productos de importes bajos o medios, en sectores como la moda y tendrán amplios catálogos.

Esta definición encaja como un guante con The Edit App, un marketplace orientado a la moda que permite ir llenando tu carrito y comprar en un solo pedido todo añadido.

Llega Tinder al eCommerce

En una línea similar puedes encorar la app Grable que se postula ya como el Tinder de la moda. No es que sea una tienda en si misma, también ha optado por el modelo marketplace en el que aglutina distintas marcas y plataformas.

¿A ti qué te parece? ¿Te resulta interesante esta relación entre eCommerce y Tinder?

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